El Árbol de la Riqueza

Dejé de perseguir rachas calientes cuando entendí que la máquina no recuerda tu último giro… pero el bosque sí te recuerda. Cada palanca no es apuesta: es cuidado. Las hojas doradas no son símbolos, son semillas. Los scatters no son fallos: son raíces rompiendo suelo. Al acertar tres o más, no ganas: entras en un ecosistema. Diseñé esto para jugadores como yo: hombres de 35 a 44 años que perdieron más que dinero. Buscábamos sentido en el ritmo, en el movimiento, en la paciencia. Presupuestos como estaciones: $50 por sesión, 25 minutos máx.—no por miedo a perder, sino por honor al crecimiento.